Al menos 66,000 manzanas de cultivos de granos básicos, banano, caña de azúcar, cítricos, cacao, rambután, camote, yuca y palma africana resultaron dañadas por las lluvias que ocasionó el paso de la tormenta Eta.

Los departamentos que reportan las mayores pérdidas son Atlántida, Colón, Yoro, El Paraíso, Olancho, Comayagua, Francisco Morazán e Intibucá.

Hasta ayer se había calculado pérdidas que rondan las 15,000 manzanas de granos básicos en Colón, El Paraíso, Olancho, Intibucá, Ocotepeque y Atlántida.

Los llamados cultivos orientales en Comayagua y más de cuatro mil manzanas de banano en Colón y Yoro, también fueron devastadas por el meteoro que se ha desplazado por el país.

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Un área aproximada de 40,000 manzanas de caña de azúcar, cítricos, cacao, camote y yuca, igualmente fue destruida en Cortés, Colón, Atlántida, Comayagua, Yoro y Olancho.

Desde hace más de veinte años, cuando el territorio nacional fue arrasado por el huracán Mitch, no se había creado una situación de tal adversidad en el aparato productivo como ahora, a causa de Eta.

En 1998, se registraron pérdidas enormes en el aparato productivo nacional. Mitch afectó el 30 por ciento de la superficie agrícola de Honduras, alrededor de 800 kilómetros cuadrados.

Los organismos especializados estiman que las inundaciones causadas por ese mortal ciclón destruyeron el 60 por ciento de las siembras de maíz y el 45 por ciento de las de sorgo, arroz y frijoles.

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Los registros de hace 22 años ponen en perspectiva que el Mitch dejó -igualmente- pérdidas incalculables en los productos de exportación: El 90 por ciento en el rubro del banano, 60 por ciento en la caña de azúcar, 30 por ciento en los cultivos de melón, igual por porcentaje en la palma africana y cerca de 20 por ciento en la siembra de café. La producción de camarón enfrentó una destrucción total.

Eta ha dejado tras de sí una huella de devastación muy profunda en circunstancias agravadas por la caída de la economía, causada -a su vez- por la pandemia del covid. La rehabilitación del agro le tomará muchos años al país y, con ello, se pone en alto riesgo la seguridad alimentaria de toda la población.