Carlos Sánchez Berzain, politólogo y director del Interamerican Institute for Democracy, afirmó que en el contexto actual de América Latina, la amenaza que representa el castrochavismo para la paz y la seguridad regionales no puede seguir siendo ignorada.

De tal manera, sostuvo en un artículo de Infobae que esta forma de socialismo del Siglo 21 debe ser reconocida y tratada como una entidad criminal transnacional.

Los gobiernos democráticos deben dejar de considerar a las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua como fenómenos aislados, otorgándoles tratamientos diversos y, a veces, incluso aceptando las narrativas con las que oprimen a sus pueblos, según el analista.

El origen y expansión del castrochavismo

Según el experto, el término castrochavismo se refiere a la organización transnacional de regímenes no democráticos que surgieron como resultado del apoyo del fallecido Hugo Chávez a la dictadura cubana a partir de 1999.

La reactivación de la dictadura en Cuba, que atravesaba su "período especial" de crisis económica, fue posible gracias al petróleo y el dinero de Venezuela. Este proceso se amplió con la creación del Foro de Sao Paulo, organizado con el entonces presidente de Brasil, Lula da Silva, que fomentó una red de apoyo a movimientos subversivos en la región.

Consecuencias regionales

De acuerdo con Sánchez Berzain, la influencia del castrochavismo ha tenido profundas repercusiones en varios países de América Latina. Sin la existencia de la dictadura cubana a principios de este siglo, Venezuela no sería hoy una dictadura bajo el control de Nicolás Maduro, quien es buscado por la justicia internacional por narcotráfico con una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.

Por su parte, Bolivia no habría sufrido el golpe de estado de 2003 y las masacres subsecuentes que consolidaron el control de los productores de coca y cocaína.

Entretanto, afirmó que Ecuador no habría soportado más de una década de régimen dictatorial bajo Rafael Correa. Nicaragua no habría visto el resurgimiento del sandinismo y la instalación de una dictadura flagrante en violaciones de derechos humanos.

Mecanismos de control y represión

Internamente, afirmó, Sánchez Berzain en Infobae, estos regímenes comparten un sistema de terrorismo de Estado que se manifiesta en la existencia de presos políticos y la represión sistemática. En Cuba, hay más de 1,300 presos políticos, mientras que en Venezuela hay cerca de 300, en Bolivia 324, y en Nicaragua más de 100.

Estos regímenes utilizan acusaciones falsas, manipulación de fiscales y jueces, tortura, extorsión y un sistema de "puerta giratoria" para mantener un número constante de víctimas.

Amenaza internacional

Por otra parte, a nivel internacional, estas dictaduras colaboran estrechamente con los gobiernos de México bajo López Obrador, Colombia con Gustavo Petro, Brasil con Lula da Silva, y Chile con Gabriel Boric, quienes a menudo ignoran o justifican los crímenes de las dictaduras, apoyan a Rusia en su invasión a Ucrania, y critican a Israel.

Es así que, según el politólogo, esta cooperación se extiende a la entrega de recursos naturales estratégicos y la presencia agresiva de Rusia, China e Irán en la región.

(Artículo de Javier Álvarez con el apoyo de la Inteligencia Artificial).