Según información de la prensa local de Perú, la asistente, supuesta responsable del crimen, Quispe Culqui secuestró a su jefe porque la había despedido de su empleo como asistente.
Para llevar a cabo su acción, contrató a un grupo criminal conocido como "Los malditos de Cahua", quienes le ayudaron a castigar a su jefe por la decisión.
"Hay una mujer que está implicada, que ha participado de manera directa en el secuestro. Fueron cuatro personas las que están vinculadas", dijo la policía de Perú.
Antes de la muerte del odontólogo, la mujer y los criminales pedían a los familiares 100 mil soles (6 millones de lempiras) y extorsionaban con una fotografía de él con un rótulo que tenía el mensaje amenazador: "Paguen sino se muere".
El profesional fue encontrado muerto, el 28 de abril, en el distrito de Lurín. Según las autoridades, el cuerpo tenía signos de tortura y un disparo en la cabeza.
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