Como se aprecia en vídeos publicados por medios internacionales, se aprecia cómo los cazadores, que deben estar previamente autorizados con sus respectivas licencias, llevan a las ballenas piloto, o líderes, a la orilla del mar para luego sacrificarlas.

De acuerdo con información de RT, desde que inició la temporada de cacería en mayo de 2023, han sido cazadas más de 500 ejemplares de ballenas.

Esta práctica es fuertemente criticada por protectores ambientales, quienes basan sus señalamientos en la manera en la que los animales son sacrificados.

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Según el medio internacional, la matanza de ballenas está supervisada y regulada por funcionarios locales electos para cumplir con las condiciones ambientales adecuadas.

Entre estas condiciones, se estipula que las ballenas, cuya población global es de unos 779,000 ejemplares, deben ser sacrificadas de la manera más eficaz y rápida para evitar, presuntamente, que sufran durante el proceso.

Asimismo, dicha práctica se realiza con la intención, según medios internacionales, de garantizar el sustento alimentario de aquel país europeo, autónomo de Dinamarca.

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