Entre las actividades más lucrativas para los hondureños en el extranjero se encuentran el transporte y la construcción privada, con ingresos que superan ampliamente el promedio general, de entre 5,239 y 4,699 dólares en promedio, respectivamente.

La encuesta también muestra una disparidad de ingresos entre géneros, con los hombres (4,214 dólares) superando a las mujeres (2,799 dólares) en términos de ingresos promedio, reflejando brechas económicas persistentes en la diáspora.

En ese sentido, la mayoría de los encuestados reporta recibir su salario semanalmente y tener un solo empleo, lo que sugiere una estabilidad relativa en sus fuentes de ingreso a pesar de la migración.

Entretanto, se observa que una proporción significativa de migrantes se inclina hacia el emprendimiento o empleos temporales, especialmente aquellos sin estatus migratorio regular, buscando adaptarse y prosperar en sus países de acogida.

Además, según la publicación del banco estatal, la tendencia al alza en las remesas hacia América Latina y el Caribe, que vio un crecimiento del 8% en 2023, según el Banco Mundial.

Este incremento, según el documento, es un reflejo directo del fortalecimiento económico y la estabilidad laboral en Estados Unidos. Sin embargo, este incremento es ligeramente menor al del año anterior, indicando una estabilización postpandemia de covid-19 de los flujos de remesas.

Además, reveló no solo la interconexión entre la economía hondureña y el mercado laboral estadounidense, sino también las dinámicas de vida de los migrantes hondureños en el extranjero.

Según el informe, la metodología empleada por el BCH para esta encuesta incluyó entrevistas presenciales en los aeropuertos internacionales de Palmerola y Ramón Villeda Morales, así como encuestas telefónicas realizadas a través de un centro de atención a migrantes.

Este enfoque mixto permitió al banco recopilar datos de 937 migrantes hondureños, ofreciendo una perspectiva detallada de sus experiencias migratorias y patrones de envío de remesas.

Los participantes de la encuesta representan una sección transversal de la diáspora hondureña, con un predominio de residentes en Estados Unidos (86.1%). La distribución de género entre los migrantes es mayoritariamente masculina (61%), y la edad promedio al momento de emigrar se sitúa en los 25 años.

En promedio, estos migrantes han vivido fuera de Honduras durante 18 años, lo que destaca la naturaleza a largo plazo de la mayoría de estas migraciones.

Asimismo, la encuesta también arrojó datos sobre el nivel educativo de los migrantes antes y después de emigrar. Mientras que una mayoría significativa había alcanzado algún nivel de educación en Honduras, un 42.1% de los migrantes continuó sus estudios en el extranjero, optando principalmente por cursos de idiomas y formación técnica.

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¿Y los destinos de las remesas?

La construcción privada y los servicios domésticos emergen como los sectores predominantes de empleo para los migrantes hondureños, con diferencias marcadas en los roles de género dentro de estas ocupaciones.

Según el informe del BCH, los hombres tienden a trabajar en construcción, mientras que las mujeres se inclinan hacia el sector servicios. Este patrón enfatiza las trayectorias laborales diferenciadas y las oportunidades disponibles para los migrantes en función de su género.

El envío de remesas se mantiene como una práctica extendida entre los migrantes hondureños, con un promedio mensual de 531 dólares enviados a sus familias en Honduras.

En ese aspecto, las madres son las principales beneficiarias de estas remesas, lo que pone de relieve el papel de las redes familiares en la gestión y distribución de estos recursos.

Por otra parte, el informe examinó aspectos más amplios de la vida de los migrantes, incluyendo la posesión de activos fijos, la tenencia de productos financieros en Honduras, las perspectivas de retorno y los cambios en el estilo de vida tras la emigración.

Más de la mitad de los encuestados poseen activos fijos, como viviendas, en Honduras, y una proporción similar tiene productos financieros, lo que indica un vínculo económico continuo con su país de origen.

Además, mientras un 38.4% de los migrantes contempla regresar a Honduras de manera permanente, una gran mayoría reporta una mejora en su estilo de vida desde que emigraron.

(Artículo de Javier Álvarez con el apoyo de la Inteligencia Artificial).

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