La víctima es Amado Hernández, quien asistía a la Iglesia Dios de la Profecía, ubicada en la capital de Honduras.
Según el recuento policial, con base en declaraciones de testigos, la víctima se conducía en un busito color gris y, al momento que iba a estacionar el vehículo frente al templo, fue acribillado de un disparo en la cabeza.
Tras conocer el crimen, un amigo de Hernández lamentó la pérdida a través de un medio nacional y declaró:
"Era un hombre dedicado a los jóvenes, estamos consternados, era de esas personas buenas que lo que quieren es salir adelante y ayudar a otros jóvenes para que sean personas de bien".
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El personal forense llegó al lugar y levantaron el cadáver para luego trasladarlo al Centro Legal y Ciencias Forenses en Tegucigalpa, para la autopsia y entrega de los restos a los parientes.
Por los momentos se desconoce el motivo por el cual le quitaron la vida al joven dedicado a la juventud, no obstante, las autoridades comunicaron que investigarán el caso para capturar a los responsables.
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