Con el propósito de presentar su informe final de su misión de trabajo realizado en Honduras, un grupo de ocho voluntarios del Programa de Voluntarios Jóvenes para la cooperación con el extranjero (JOCV) de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), se reunieron con autoridades japonesas en la Oficina de JICA Honduras.

La misión japonesa que finalizó con éxito su misión en el territorio nacional pertenece al grupo JOCV 2017-2, estos jóvenes voluntarios permanecieron desde el 10 de octubre del 2017 y ahora retornarán a su país natal de Japón el próximo 9 de octubre del presente año.

Los voluntarios de JICA trabajaron en conjunto con hondureños en el área de educación y salud, como ser: educación ambiental, en enfermería obstetricia y fisioterapia, quienes estuvieron asignados en Choluteca en Choluteca, Yuscarán, Alauca, Danlí y Güinope en El Paraíso, Lepaera y Gracias en Lempira; y, Talanga en el departamento de Francisco Morazán.

En la reunión de la presentación del informe final cada uno de los ocho voluntarios de JICA expuso y compartió su experiencia vivida durante estos dos años de labor en el país, en donde intercambiaron conocimientos, estilos de vida, cultura y amistad con los habitantes de estas comunidades hondureñas.

La voluntaria Mizuki Koike se desempeñó como enfermera obstetra en la Clínica Materno Infantil (CMI) en Lepaera. “Brindé charlas a embarazadas y parturientas para concientizar sobre la planificación familiar, nutrición, cómo cuidar un bebé y como dar lactancia materna. Además, realicé otras actividades culturales durante mi gestión”, expresó la voluntaria japonesa.

Asimismo, la voluntaria japonesa, Haruka Koga, indicó que “El principal objetivo de mi actividad fue mejorar las técnicas y conocimientos para el fortalecimiento de la salud materno infantil en el Departamento de Redes Integradas de servicios de salud en la comunidad de Lempira”.

Por su parte, la enfermera obstetra, Yumiko Nakagawa, detalló que “Realicé ultrasonido a más de 280 mujeres embarazadas durante dos años con los médicos en servicio social y capacité a tres doctores generales en técnicas de ecografía obstétrica. Por lo que, aumentó dramáticamente la cantidad de mujeres que recibe ahora este servicio de obstetricia, debido a que antes era muy costosa e inalcanzable para las mujeres embarazadas de Güinope”.

Por otro lado, la voluntaria Yuna Nakagomi estuvo asignada en la Alcaldía de Yuscarán. “Durante dos años impartí capacitaciones en educación ambiental, implementé la bisutería ecológica utilizando papel usado y botellas plásticas para apoyar a las mujeres de esta comunidad”, destacó.

En esta área del medio ambiente también trabajó Sakura Takuchi en la Alcaldía de Choluteca, con el fin de impartir charlas en escuelas y la región para crear conciencia sobre la importancia de la educación ambiental. “El enfoque principal fue el problema de la basura en Honduras, cuánto tiempo tarda en descomponerse y como podría reducirse”, sostuvo la japonesa.

Continuando con la exposición, la voluntaria Kodai Konno, compartió su experiencia en el Centro de Rehabilitación Gabriela Alvarado en Danlí. “Para mejorar y aumentar las opciones de tratamiento, realicé varias prótesis, enseñé habilidades técnicas y también impartí charlas sobre terapia física con estudiantes universitarios”, sostuvo.

Además, la enfermera japonesa, Satoko Watabe, enfatizó que “Uno de mis mayores logros fue que docentes de la escuela en Alauca están de acuerdo con la importancia de la educación temprana y van a continuar educando a los alumnos con el libro que enseñé, el cual no sólo contiene educación sexual reproductiva, sino que también higiene personal y educación ambiental básica”.

Y, para finalizar el Fisioterapeuta Genki Kitada, asignado en el Programa de Rehabilitación de Parálisis Cerebral (PREPACE), señaló que “Trabajé en un proyecto de rehabilitación comunitaria con el fin de enseñar la evaluación, técnica y conocimiento de terapia física con voluntarias comunitarias y deseo que al finalizar mi misión continúe este proyecto”.

JICA contribuye con el envío de voluntarios japoneses para que apoyen diferentes áreas en el país. Estos voluntarios durante su misión, viven con la población local y se familiarizan con las diferentes culturas y costumbres hondureñas.