Miren lo que son las cosas. Un lugar que antes representaba el terror se ha convertido en un símbolo de esperanza para una ciudad de gente trabajadora que le dice sí a la paz y no a la violencia.

En el predio donde estuvo el centro penal sampedrano antes de ser demolido, hoy está la villa navideña, uno de los lugares más visitados en estos días por los vecinos de la capital industrial de Honduras.

Recordemos que San Pedro Sula fue uno de los primeros lugares entre las ciudades más peligrosas del mundo, pero ahora no aparece ni siquiera entre las primera treinta. Con la demolición del centro penal en 2017.

Desde allí se ordenaban todo tipo de acciones criminales, pero hoy es un lugar en el que se escuchan las risas de las familias sampedranas, los coros, la música, se respira ese olorcito rico a carne asada, se escuchan las palmas de las manos haciendo las baleadas.

Si no se ha dado una vuelta por la villa navideña de San Pedro Sula, lo invitamos para que vaya con su familia y disfrute en paz y seguridad.