Por lo menos mil empleos han quedado en el aire como consecuencia del cierre de dos grandes empresas, cuyos directivos han determinado trasladar sus operaciones a otros países de la región, en vista de las condiciones desfavorables que existen en Honduras para hacer negocios.

El problema irá en aumento. Sectores productivos entrevistados por HRN, confiaron que en los próximos días trascenderán malas noticias que se relacionan con la clausura de otra empresa importante.

Los inversionistas nacionales han reprochado que no se ha hecho nada para promover el establecimiento de más empresas. En su lugar, se han elevado los costos de operación por la subida en la factura de energía y de los impuestos.

Mientras en Honduras la carga tributaria es de un 40 por ciento, en los otros países de Centroamérica es del 20 ó 25 por ciento, aseguran los empresarios e industriales del país.

Esta semana se informó sobre la suspensión de operaciones de Unilever, cuya planta de producción será trasladada a un país vecino. En Honduras permanecerá nada más su centro de distribución.

A inicios de este mes se conoció la clausura de la empresa Intrefica con sede en Choluteca. Su planta fue trasladada a Guatemala, una decisión que se atribuye a tropiezos de tipo tributario que los ejecutivos de la firma han asegurado no poder solventar.

Ya en octubre de este año se había comunicado que la Empresa Cementera Argos cerraría su planta procesadora con sede en San Lorenzo, Valle.

Según los argumentos plasmados en una carta enviada a la misma cúpula de la empresa privada de Honduras, la suspensión de la cementera en la zona sur se debe a las condiciones actuales del mercado en el país.

Entre estos elementos fueron destacados la contracción de la industria de la construcción en casi 10 por ciento en el período 2018-2019, así como las importaciones en detrimento del Estado a partir de 2017.

En julio, se dio cuenta que 4,000 empleados de las empresas camaroneras "Empacadora San Lorenzo", "Granjas Marinas Larvicultura" y "Granjas Marinas San Bernardo", se levantaron en protesta en San Lorenzo, Valle, para exigir al Gobierno que intercediera y evitara el cierre de sus fuentes de trabajo.

En la mitad del año en curso la Federación de Cámaras de Comercio de Honduras expresó su preocupación por el cierre de empresas, principalmente en los departamentos del norte del país.

Para esa fecha se había producido la clausura de operaciones de dos empresas en El Progreso, Yoro, con el resultado de más de mil empleados que quedaron fuera.

La llegada de capital foráneo alcanza apenas a 249 millones de dólares, una disminución del 39 por ciento. Para males mayores , los negocios y emprendimientos en sus diversas escalas atraviesan por una racha de adversidades a raíz de la desaceleración económica y otros factores.