Si hay una cifra que retrata de cuerpo entero el fracaso de la educación y la enorme desigualdad social que existe en el país es que un millón de niños están excluidos del sistema de enseñanza.

Tal es lo plasmado en un informe patrocinado por la Agencia de Desarrollo de Estados Unidos (USAID), el Programa de Capacidades, la Universidad Pedagógica, Diálogo Interamericano y la Fundación para la Educación (FEREMA).

El estudio refiere que después de 2010, los únicos avances logrados en la materia están asociados a la continuidad del Plan Educación para Todos.

Pero el país está muy distante de los niveles competitivos, de manera que existe una gran deuda pendiente que no puede ser saldada mientras no se cumplan una serie de desafíos.

Entre tales retos figuran la ampliación de la cobertura para que todos los niños y jóvenes accedan a la educación básica y media. A sólo 18 años para que finalice el "bono demográfico" de la pirámide poblacional, al menos un millón siguen sin acceso.

Otro desafío es el mejoramiento del desempeño académico de los estudiantes, especialmente en matemáticas. Las evaluaciones nacionales como las externas dejan claro que hay que ensayar nuevos enfoques y metodologías de enseñanza.

También es urgente una reducción de las desigualdades educativas por motivos de pobreza, pertinencia y otras asociadas. Se sabe que solamente cuatro de cada diez estudiantes que ingresan en primer grado llegan al noveno sin interrupciones.

Hasta ahora, las acciones encaminadas a la descentralización y la gestión con rendición de cuentas son limitadas. Por lo tanto, añade el estudio especializado, es necesario que se prioricen las tareas para la construcción de estrategias de inclusión de todos los actores.