El estado financiero del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA), es inestable.

Los números reflejan que los indicadores de la institución siguen en el aire. De una suma total en mora, únicamente ha sido normalizada una cartera de 400 millones de lempiras.

Los interventores de BANADESA han recalcado que ese monto no será reintegrado en el corto plazo, ya que ha sido readecuado a 15 años y a una tasa de interés preferencial de apenas un dos por ciento.

Al final, el proceso de capitalización de la entidad bancaria no ha dado los frutos esperados, ya que apenas el siete por ciento de los clientes morosos se acogieron al decreto 47-2018 que permite la readecuación de los perfiles crediticios y cuya vigencia concluye en enero de 2020.

Bajo los decretos 47-2018 y 195-2018, fueron atendidos 565 clientes con un saldo de capital de un poco más de 143 millones de lempiras, describe un informe rendido por los interventores.

Y en aplicación del decreto 30-2019, se revisaron los expedientes de 972 deudores que completan una cuenta pendiente de 530 millones de lempiras.

Al 30 de octubre están consolidadas las gestiones de 1,537 clientes que contabilizan un saldo de capital de 673 millones de lempiras. Los créditos en proceso de análisis suman 95 millones y la cancelación de los créditos al contado llega a 46 millones.

El informe sobre el comportamiento fiscal de BANADESA destaca, asimismo, una cifra de 347.6 millones de lempiras que corresponde a los préstamos readecuados y aprobados, en tanto que los créditos en proceso de revisión de los documentos están estimados en 183 millones.

Al término de octubre, el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola reporta el remate de 84 bienes de morosos que se negaron a dar cumplimientos a sus compromisos.

Se considera que de esos activos, 47 inmuebles con un valor de 30 millones de lempiras, serán recuperados por sus propietarios, mediante la ejecución del proceso denominado "retroventa".

Con todo, la conclusión es la misma. Es vergonzoso el festín que se ha hecho con los fondos del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola, hoy día en sus estertores.

Los datos que han salido a flote desde que la entidad fue intervenida, demuestran que se tomaron como "piñata" los recursos que debieron ir enfocados a respaldar las tareas del campo.