En Honduras, los niños de las zonas rurales están en una marcada desventaja respecto a sus prójimos de las regiones urbanas, porque el acceso al sistema de educación está más cerrado para aquéllos.

Son profundas las desigualdades del sistema educativo, tal y como queda evidenciado en los análisis comparativos. Según los resultados de estos informes, las diferencias de cobertura son mínimas para los dos primeros ciclos de enseñanza básica.

Sin embargo, el desbalance es desproporcionado en los grados séptimo, octavo y noveno, así como en el nivel medio. Son pocos los alumnos de estas escalas que logran ingresar en los centros de las comunidades rurales.

Los niños entre tres y cinco años tienen una cobertura más o menos equitativa, tanto los que pertenecen a las partes rurales, como aquéllos que residen en las ciudades.

Entre la población estudiantil de seis a 11 años, la diferencia es poco significativa en cuanto a las oportunidades de ingreso en el esquema educativo formal.

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Pero en el conglomerado del tercer ciclo de instrucción, que comprende a los alumnos entre 12 y 14 años, la diferencia es mayor. Mientras la cobertura en la región urbana es de 66 por ciento, en los municipios ubicados en la zona rural, es de 39 por ciento.

Similar es lo que ocurre entre los menores en edad de cursar el nivel medio; es decir, quienes están en edades entre 15 y 17 años. La cobertura es de 43 por ciento en las ciudades grandes y de apenas 20 por ciento en las comunidades más alejadas y marginadas en todo sentido.

Tiene un mayor significado el caso de los jóvenes que deberían cursar el nivel medio, décimo y décimo primer grado, ya que la mayoría de ellos apenas y aspiran a concluir su formación secundaria.

Y es que solamente 13 ó 15 hondureños tiene oportunidad de asistir a las aulas de las universidades y culminar su programa de enseñanza superior.

Un informe titulado: Educación, una Deuda Pendiente, concluye que es necesario considerar que las desigualdades regionales en el ámbito educativo no sólo se manifiestan en el acceso al sistema formal y en la permanencia en el mismo.

La inequidad en dicha materia también tiene vínculo directo con los resultados del aprendizaje que -a su vez- derivan en la mediocre calidad educativa.

Los alumnos de las escuelas y colegios urbanos muestran un mejor rendimiento en comparación con sus pares que asisten a los establecimientos de enseñanza en los apartados rurales de Honduras.