Las acciones criminales enfiladas al sector transporte no cesan.

Hasta finales de la semana pasada, 25 dirigentes y operadores del rubro habían sido ultimados en hechos que son vinculados preferentemente con el cobro de la extorsión.

Ha causado reacciones airadas el asesinato, a finales de la semana anterior, del dirigente de puntos de taxis, Rony Figueroa, porque este caso arroja muchas interrogantes: ¿Por qué no se actuó con oportunidad luego de la denuncia que él interpuso contra los extorsionadores?

¿Qué hacen los organismos de Derechos Humanos y cómo se explica el trabajo reprobado que desarrollan las fuerzas de seguridad y de investigación responsables de enfrentar la violencia criminal en el transporte?

Un extremo que fue revelado hace tiempo y que no ha podido ser desmenuzado es el que asume que los mortíferos ataques contra los transportistas no están solamente referidos a la extorsión.

Los propios inversionistas del rubro han revelado que muchos de los atentados no tienen su raíz necesariamente en el cobro del impuesto de guerra, sino en pugnas entre mafias que se habrían entronizado en la actividad.

A la sazón de esta especie, hay sectores que habrían echado mano de acciones criminales para eliminar la competencia y tomar el control de las rutas estratégicas del transporte.

Ante la necesidad que se adopten las providencias que caben, lo que predomina es la pasmosa indiferencia, lentitud, falta de diligencia y, quizás, temor a enfrentar las redes del hampa que tienen sometido al sector.

Esta actividad es azotada por la extorsión, la lucha sin cuartel por el dominio de los diferentes corredores, la infiltración del crimen organizado y la enorme corrupción que ha prevalecido en las gestiones para los permisos de explotación.

Por lo mismo, hay que actuar e ir al fondo de la embarazosa realidad del transporte público, porque la violencia criminal no puede seguir imperando en detrimento de los usuarios del servicio, de los operadores del rubro y, en general, en menoscabo de la economía nacional y de la seguridad.