• Si no se asumen medidas radicales para salvar los puestos de trabajo, el desempleo en el país subirá al 32 por ciento, han sentenciado los representantes de los inversionistas.
  • La reducción de operaciones, los problemas para adquirir bienes e insumos y el aumento de costos, son los síntomas de un derrumbe anunciado de la gran empresa si no se hace algo de inmediato.

Muy lentamente es analizado el problema que enfrenta la gran empresa como resultado de la pandemia, a pesar de los llamados lanzados por ese sector para que se dé una respuesta inmediata por parte de las autoridades del país.

La iniciativa privada ha planteado dos acciones sobre las que debería de girar la estrategia para salvar de su derrumbe a los negocios de mayor magnitud: La prórroga en el pago de impuestos y la creación de líneas de financiamiento.

Si no se asumen medidas radicales para salvar los puestos de trabajo, el desempleo en el país subirá al 32 por ciento, han sentenciado los representantes de los inversionistas.

De hecho, los negocios grandes ya muestran un déficit en su flujo de caja, lo que puede conducir -muy pronto- a la pérdida masiva de puestos laborales y a una situación insostenible.

Hasta hace dos semanas, se estimaba que al menos 400,000 puestos laborales estaban en condición de vulnerabilidad por efecto de la eventualidad sanitaria.

Esta circunstancia desfavorable obliga a que se tomen decisiones y que se fijen nuevas reglas de juego, señalan los economistas en sus proyecciones sobre la crisis que vive Honduras.

El Gobierno tendría que explorar un esquema que flexibilice las medidas de restricción impuestas para detener el avance de la pandemia; es decir, que se permita la operación más amplia de las empresas, bajo ciertas condiciones de prevención y de seguridad.

Los más optimistas dicen que existe confianza en que la economía hondureña puede ser reactivada en el mediano plazo, pero –en su mayoría- las proyecciones llevan a concluir que esto puede ir para largo y que lo más serio está por venir.

Es un imperativo que se lance prontamente una tabla de salvación para la empresa privada, porque –de lo contrario- a Honduras le vendrá un verdadero “tsunami”, han adelantado industriales de la región norte del país.

Los empresarios centroamericanos han exhortado a sus gobiernos a que les lance una tabla de salvación de inmediato. Un estudio de opinión realizado sobre el tema, arroja que más de 80 por ciento de los negocios han reportado pérdidas, inclusive de más de 75 por ciento, en menos de un mes, desde que se tomaron medidas extremas.

Frente a la reducción de operaciones, problemas para adquirir bienes e insumos y el aumento de costos, las empresas del área han exhortado a que se ejecuten acciones que hagan posible enfrentar la crisis para no perder la estabilidad de los empleos.

En el caso de Honduras, la gran empresa contribuye al sostenimiento del aparato productivo y al dinamismo de la economía y la que tiene la mayor contribución fiscal.