Se realizan los esfuerzos necesarios para la repatriación de los hondureños que se encuentran en el exterior, han reafirmado  funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

De acuerdo con lo detallado por esa cartera ministerial, está en proceso el retorno de 160 nacionales que están varados en España y alrededor de 250 personas que trabajan en una línea de cruceros y que serán traídos de vuelta.

Los datos estadísticos revelan que durante la emergencia han sido retornados alrededor de 6,000 connacionales de diversas partes de mundo.

El informe detallado señala que más de 3,000 compatriotas han sido traídos de vuelta de Estados Unidos, un número superior a 300 han regresado de Nicaragua y cerca de 400 lo han hecho desde México.

Unos 300 hondureños retornaron de España y 200 volvieron a su tierra desde Italia. También han logrado volver a sus sitios de origen, mientras más de 800 nacionales retornaron de Brasil, Guatemala, Panamá, Colombia, Costa Rica y Cuba.

Igualmente se incluyen en esa cuenta los compatriotas repatriados desde Perú, El Salvador, Paraguay, Argentina, República Dominicana, Canadá, Ecuador, Belice, Alemania y Bélgica.

La semana que apenas concluyó, 300 marinos que estaban varados en diferentes partes del mundo regresaron al país; pero otro grupo de más de 200 compatriotas que se encuentran básicamente en Barcelona y Madrid no han tenido la misma respuesta, ya que no tienen cómo financiar 1,600 euros que se les ha solicitado para la operación de un vuelo supuestamente humanitario.

Se estima que unos mil hondureños que se encuentran en diferentes partes del mundo están a la espera de que la red consular lleve a efecto las gestiones para su pronto traslado a Honduras.

La respuesta de las autoridades de Honduras ha sido puesta en tela de juicio por su tardanza, los limitados canales de comunicación con los compatriotas, la descoordinación y su pobre capacidad de respuesta.

Viene a recuerdo el caso dramático de la joven Samantha  Murillo, una estudiante que permaneció varias semanas aislada en Taiwán durante el pico más alto de contagio del nuevo virus originado en Hubei, China.

La compatriota Murillo se convirtió en la protagonista de un capítulo mediático por los desesperados llamados realizados por ella y sus parientes, a fin de que la Cancillería de Honduras agilizara su retorno a casa.

Fueron varios los intentos para hacer posible el regreso de la joven. Al final, todos resultaron fallidos por el letargo en las actuaciones de la cartera de Relaciones Exteriores.

Un ejemplo más reciente es el de un grupo de tripulantes de una embarcación encallad en Punta del Este, Uruguay. Trece hondureños pidieron auxilio y de no ser por las gestiones del gobierno de aquel país, los compatriotas hubiesen tenido que pasar por la peor de sus pesadillas.

La Cancillería de Uruguay realizó todos los trámites que hicieron posible que los ocupantes de la nave, hondureños y de otras nacionalidades, fuesen llevados a un hotel donde permanecieron aislados y bajo seguimiento epidemiológico según lo dictado por el protocolo del Covid.

Otros jóvenes estudiantes se encontraban no hace mucho en India, donde cursan estudios. Desde aquel país pidieron ser auxiliados para regresar a casa.

Un capítulo más: Un numeroso grupo de compatriotas pidieron ayuda hace unos días para salir de Houston, Texas, donde se encontraban estancados por el cierre de las fronteras aéreas, marítimas y terrestres a consecuencia de la pandemia.

Muchos otros casos pueden ser citados para hacer referencia a la necesaria renovación de la hoja de acciones del servicio diplomático, en su mayoría anémico, carente de iniciativa y de funciones diligentes para atender las necesidades de los hondureños en el exterior, más angustiados ahora con motivo de la diseminación del Covid 19.