Las lenguas de fuego se apoderaron de la zona de Germania, en la carretera al sur del país.

Una cisterna que transportaba combustibles impactó contra una vivienda, lo que desató una verdadera tragedia con un saldo de un muerto, justamente el conductor de la máquina; varios heridos, viviendas y algunos negocios disminuidos a puras ruinas.

En esa tragedia, bomberos y socorristas de la Cruz Roja resultaron afectados durante las labores de extinción, remoción y búsqueda y rescate de las víctimas del incendio con saldo desastroso.

El informe de la Oficina Técnica de Prevención y Seguridad contra incendios destaca seis casas afectadas, cuatro destruidas, dos dañadas parcialmente, lo mismo que talleres de carpintería y tapicería, además de 16 carros reducidos a escombros.

Los habitantes de la zona condenaron que las instituciones competentes no hagan nada por evitar desgracias como la ocurrida ayer, pese a que estos hechos son reiterados.

Las informaciones señalan que el pesado automotor presentó desperfectos en el sistema de frenos, lo que hizo que el conductor perdiera el control y terminara por impactar a la altura del kilómetro cinco de la arteria que conduce a la región sur.

La tragedia que ha generado un tanque cargado de gas en el sur de la capital, puede atribuirse a la falta de regulación del tránsito de equipo pesado.

Conocedores del tema han afirmado a través de HRN que, en un porcentaje significativo, estos automotores no están dotados de los dispositivos de reducción de velocidad.

Las compañías dedicadas al transporte de petróleo han sido señaladas de no observar las rigurosas medidas de seguridad, por parte de conocedores que han sido abordados por La Voz de Honduras.

La vía que lleva hacia el sur ha sido escenario de desgracias en reiteradas ocasiones. En agosto de 2019, varias personas salieron heridas en una colisión entre un autobús de transporte interurbano y un camión que acarreaba derivados del petróleo. En esa oportunidad, la unidad de transporte colectivo le quitó el derecho al pesado automotor. El chófer responsable se dio a la fuga.

En enero de 2018 una rastra impactó contra dos vehículos a la altura del kilómetro 33 de la carretera al sur con el balance de tres lesionados de gravedad. El motorista del vehículo pesado trató de rebasar a los carros pequeños e invadió el carril contrario, según dijeron los testigos en su momento.

Mucho más infortunado fue el accidente sucedido en febrero de 2017 por sus resultados: Doce muertos y 25 heridos. El siniestro se produjo en el kilómetro nueve de la carretera al sur, cerca del puente de Germania, donde casualmente se ha presentado la desgracia de ayer domingo.

Se recuerda que ese infausto día una rastra tuvo un encontronazo con un bus interurbano que se conducía hacia San Miguelito, en el sur de Francisco Morazán.

Hace tres años, en diciembre de 2016, un camión cargado de aserrín dio un vuelco en la carretera entre Tegucigalpa y la región sur, debido a que otro automotor le había disputado el derecho de vía.

Aparatosa fue, asimismo, una colisión múltiple reportada en 2013 entre una rastra un autobús y cuatro vehículos particulares. Por fortuna, el incidente no dejó saldo mortal, únicamente heridos y daños materiales.

La tragedia de ayer vuelve a poner sobre el tapete la vieja discusión acerca de los riesgos que provoca la circulación de máquinas pesadas, las medidas de seguridad, la responsabilidad de las empresas de acarreo y el grado de intervención de las instituciones con competencia en el rubro.