En incertidumbre un aproximado de 40,000 dreamers hondureños amparados en el programa de Acción Diferida (Daca), tras llegada hoy al Supremo de Estados Unidos la solicitud de revocación a soñadores impulsada por el presidente Donald Trump.

El beneficio es una medida introducida en 2012 por la Administración Obama, que permite vivir sin esconderse a los jóvenes que llegaron a la nación norteamericana siendo niños.

Hay cerca de 800.000 beneficiarios de la DACA, a los que se conoce como dreamers (soñadores). Gracias a la medida gozan de permiso de trabajo y están protegidos contra la deportación. O lo estaban.

El 5 de septiembre de 2017, Donald Trump ordenó que se dejara de renovar los permisos temporales de trabajo para los beneficiarios de la DACA.

La situación de estos jóvenes quedó en un limbo. La orden del presidente fue bloqueada por los jueces y, este martes, tres casos llegan al Tribunal Supremo.

El 96% de los beneficiarios está trabajando o estudiando, según una investigación del Center for American Progress. Casi 50.000 de ellos han creado su propio negocio. El 54% ha logrado un empleo mejor, el 62% ha comprado su primer coche y el 14%, su primera casa. Pagan impuestos, crean empleo, generan economía.