• Los análisis del Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH), enfatizan que ninguno de los rubros de exportación logra sostener la economía como el flujo generado por los emigrantes.
  • Los guatemaltecos avizoran una desaceleración en la entrada de remesas, de manera que su envío nada más crecería entre nueve y 10 por ciento al término de este año.
  • El Salvador también sufrirá la caída de sus remesas. Cerca de tres millones de nacionales que viven en Estados Unidos contribuyen con sus remesas a formar el 17% del Producto Interno Bruto del vecino país.

No será fácil para Honduras sobreponerse a los efectos de la pandemia del Covid 19 que está dejando sus huellas de muerte y de ruina en el aparato económico en todo el mundo.

Las proyecciones del Banco Central no son alentadoras. Las mismas señalan que, en el mejor de los escenarios, las remesas tendrán un crecimiento de alrededor de ocho por ciento.

Hasta antes de que fueran diagnosticados casos del nuevo virus, el envío de divisas por parte de los emigrantes mostraba un crecimiento de alrededor de 16 por ciento.

Al corte de 2020, el país recibirá una cifra mucho menor que la ingresada al término de 2019, cuando las remesas totalizaron un poco más de 5,000 millones de dólares.

Las estimaciones indican que este año, las divisas que son giradas por los compatriotas que viven fuera del país se desplomarán en por lo menos 40 por ciento, considerando cifras muy conservadoras.

Esto significa que la economía hondureña no será fortalecida con los suficientes recursos, a lo cual hay que sumar el declive que sufre el aparato productivo como efecto de la crisis sanitaria.

Las remesas constituyen uno de los principales soportes del aparato económico. Los análisis del Foro Social de la Deuda Externa (FOSDEH), enfatizan que ninguno de los rubros de exportación logra sostener la economía como el flujo generado por los emigrantes.

Los fondos de las remesas solamente son igualados si se suman las exportaciones de los cinco principales productos de la oferta de exportación de Honduras.

Los otros dos países del Triángulo Norte de Centroamérica, Guatemala y El Salvador, también visualizan un desplome de sus entradas por remesas. 

El gobierno guatemalteco advirtió que si hay consecuencias en el mercado laboral de Estados Unidos, inevitablemente se traducirá en la reducción de las horas de trabajo de los emigrantes y, en consecuencia, una caída en sus ingresos y en sus despachos hacia el vecino país.

Los guatemaltecos avizoran una desaceleración en la entrada de remesas, de manera que su envío nada más crecería entre nueve y 10 por ciento al término de este año. En 2019, Guatemala recibió más de 10,500 millones de dólares.

En lo que compete a El Salvador, la baja en la remisión de divisas tendrá una influencia negativa sobre la economía de ese país. Cerca de tres millones de nacionales que viven en Estados Unidos contribuyen con sus remesas a formar el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Entre enero y febrero de año en curso, El Banco de Reservas de El Salvador recibió por tal concepto cerca de 900 millones de dólares, un alza de nueve por ciento respecto a 2019.

En Honduras, el sistema económico depende en mucho del volumen de remesas que giran los compatriotas que han emigrado y que se han convertido en el principal agente de soporte del sistema productivo. La pandemia del covid 19, seguramente pondrá en mayores aprietos el manejo de las finanzas.