Para evitar que el sistema económico de Honduras se haga pedazos, es imprescindible una condición: Que la pandemia del covid-19 no se extienda de manera descontrolada y esto depende de la responsabilidad asumida por la población de no salir de sus casas.

Los profesionales de las finanzas y de la economía han alertado que el sistema productivo hondureño puede ir a la debacle si el nuevo virus se torna en una tragedia, si la producción se congela por tiempo indeterminado y el país se ve obligado a declararse en total calamidad.

Los efectos de la crisis sanitaria son evidentes. Sólo en los primeros días de la alerta roja, el sector turismo reportó un desplome del 40 por ciento de su actividad y justo ayer, el rubro del aceite de palma anunció que sus pérdidas pueden haber llegado hasta el 70 por ciento.

Los caficultores, de su lado, han proyectado que la presente temporada cerrará con una cosecha de siete millones de quintales y divisas por el orden de 750 millones de dólares, inferior a los 950 millones que ingresaron en el ciclo pasado.

Y los transportistas, han estimado que nada más el rubro de taxis ha dejado de percibir entre 19 y 22 millones de lempiras diarios a nivel nacional.

El transporte interurbano de las zonas central, sur y oriental calculan que el perjuicio económico en el mes en curso rondará los 30 millones de lempiras.

El Gobierno Central ha propuesto un paquete de medidas orientadas a aliviar la crisis en los sectores más perjudicados por la emergencia como son el turismo, la agricultura y las micro, medianas y pequeñas empresas.

El Banco Central de Honduras (BCH) ha previsto que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá en 2020 no más allá de 2.5 por ciento, bajo las condiciones más optimistas.

Como se sabe, la institución rectora de la política monetaria y cambiaria del país resolvió reducir la Tasa de Política Monetaria de 5.25 a 4.50 por ciento y bajar el interés aplicado a las facilidades Permanentes de Crédito.

Además, estableció en cero por ciento la Tasa de las Facilidades Permanentes de Inversión y suspendió las subastas diarias de letras para las instituciones financieras, con el objetivo de obtener un alivio a los préstamos bancarios y asegurar la atención a la demanda de recursos de las empresas y personas particulares.

Representantes de distintos rubros de la actividad nacional califican las disposiciones de política fiscal como insuficientes o muy cortas para hacerle frente a la magnitud de la recesión que se viene encima.

Los industriales son de la opinión que las acciones planificadas por el Gabinete Económico deben ser complementadas con otras alternativas fiscales integrales y radicales.

Economistas consultados por HRN afirman que Honduras precisa de una estrategia para estimular la actividad productiva, al mismo tiempo que son revisados los esquemas tributarios.

Otros especialistas han advertido sobre el riesgo que corre la economía hondureña si son privilegiadas las medidas de crédito dirigidas esencialmente al consumo y no a la producción.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido que la recesión causada por la pandemia del covid-19 podría ser peor que la experimentada en 2008 y sus golpes serán más duros para las economías débiles como la de Honduras.