Dos factores se suman para asfixiar la economía hondureña: La caída libre de la inversión extranjera y el cierre de grandes, medianas y pequeñas empresas.

La llegada de capital foráneo llega apenas a 249 millones de dólares, una disminución del 39 por ciento. Para males mayores, los negocios y emprendimientos en sus diversas escalas están de mala racha.

Esta misma semana, se anunció la clausura de la empresa Intrefica que opera en Choluteca. Sus operaciones fueron trasladadas a Guatemala, una decisión que responde a tropiezos de tipo tributario que los ejecutivos de la firma han asegurado no poder solventar.

Ya en octubre de este año se había comunicado que la Empresa Cementera Argos cerraría su planta procesadora con sede en San Lorenzo, Valle.

Según los argumentos plasmados en una carta enviada a la misma cúpula de la empresa privada de Honduras, la suspensión de la cementera en la zona sur se debe a las condiciones actuales del mercado en el país.

Entre estos elementos fueron destacados la contracción de la industria de la construcción en casi 10 por ciento en el período 2018-2019, así como las importaciones en detrimento del Estado a partir de 2017.

En julio, se dio cuenta que 4,000 empleados de las empresas camaroneras "Empacadora San Lorenzo", "Granjas Marinas Larvicultura" y "Granjas Marinas San Bernardo", se levantaron en protesta en San Lorenzo, Valle, para exigir al Gobierno que intercediera y evitara el cierre de sus fuentes de trabajo.

En la mitad del año en curso la Federación de Cámaras de Comercio de Honduras expresó su preocupación por el cierre de empresas, principalmente en los departamentos del norte del país.

Para esa fecha se había producido la clausura de operaciones de dos empresas en El Progreso, Yoro, con el resultado de más de mil empleados que quedaron fuera.

El fenómeno es más crudo entre las micro, pequeñas y medianas empresas. Solamente en las zonas norte y central, alrededor de 3,500 emprendimientos han cerrados puertas en lo que va de este año.

El horizonte se ensombrece más, a consecuencia de la desaceleración en el crecimiento de la economía que, al corte de 2019, nada más llegará al 2.5 ó 2.8 por ciento.