El drama de los emigrantes hondureños crece. Los informes internacionales de prensa señalan que México ha restringido aún más el acceso a los centros de detención a las organizaciones de derechos humanos.

Al menos seis asociaciones que visitan regularmente estaciones donde son traslados los indocumentados han denuncian trabas y negativas por parte del Instituto de Migración, sobre todo en la frontera sur.

Los emigrantes que salieron del país hace aproximadamente dos semanas se encuentran dispersos en Guatemala y México en su travesía a Estados Unidos.

Honduras ha reafirmado su llamado para que se cumplan las garantías de respeto y protección de los emigrantes que se encuentran en Guatemala y México en su tránsito hacia Estados Unidos.

La Embajada de Honduras en tierras aztecas ha confirmado que el envío de indocumentados será de flujo continuo esta semana, en función de lo cual se ha programado el retorno de entre 500 y 600 compatriotas diariamente.

El retorno de connacionales desde México comenzó el martes anterior, de manera que - al término de la semana- fueron repatriados alrededor de 3,000 "caminantes".

Se estima que en territorio mexicano están en el limbo al menos 30,000 hondureños que esperan cruzar la frontera, lo que quiere decir que el reintegro de estos compatriotas a su tierra natal llevaría al menos diez semanas, dos meses y medio.

El martes fueron trasladados vía aérea más de un centenar de emigrantes hondureños desde México, un proceso coordinado por la Policía Federal y el Instituto de Migración de aquel país.

El gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que la frontera será reforzada y que no se permitirá a ningún hondureño transitar hacia Estados Unidos, si no acredita la documentación en regla.

Los hondureños han elevado su súplica a México para se les deje atravesar la línea fronteriza hasta su destino final: Estados Unidos. Es una alternativa imposible de alcanzar.

Casi al término de la semana anterior, más de mil 500 hondureños, que iban en caravanas, ingresaron en México por el río Suchiate. México permitió su entrada, pero ha advertido sobre un mega operativo, en virtud del elevado número de niños que viajan solos o acompañados.

Las caravanas son el reflejo de la profunda desigualdad socio-económica que arrecia contra la mayoría de la población hondureña. Es un éxodo que desnuda a Honduras como un país expulsor de su gente.