Cada 30 días ingresan al sistema unos 800 millones de kilovatios   y, de esta potencia, se pierden entre 220 y 240 millones de kilovatios, valorados en 50 millones de dólares.

Quizás los cálculos sean someros, pero se sabe que al menos 40 millones de lempiras se pierden diariamente como producto del hurto, errores de facturación y malos cálculos de consumo.

La Comisión Interventora de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica estima que la mora de los abonados, principalmente empresarios, industriales y altos funcionarios gubernamentales asciende a 9,000 millones de lempiras.

Los críticos han manifestado de manera tajante que ojalá no sea solamente un discurso rayado, sino una acción que sea llevada a la ejecución implacable.

La Comisión Interventora ha reiterado desde que tomó el mando la semana anterior que suspenderán el suministro de manera indistinta a los morosos del sector privado y público.

Otro de los grandes males de la estatal eléctrica es el alto costo de generación de energía y que ha causado un enorme desequilibrio, porque la ENEE compra a un precio muy elevado y lo factura a un valor menor.

Hasta ahora, unas 30 empresas de San Pedro Sula, Cortés, están intervenidas por robar energía eléctrica, aunque se había mencionado que ese número ascendería a 40 negocios, principalmente grandes.

Hasta agosto de 2019 se calculaba que por hurto de energía, la empresa dejaba de recibir 50 millones de dólares al mes, equivalentes a más de 1,200 millones de lempiras.

Cada 30 días ingresan al sistema unos 800 millones de kilovatios y, de esta potencia, se pierden entre 220 y 240 millones de kilovatios, valorados en 50 millones de dólares.

Los personeros que están al frente del nuevo esfuerzo para salvar a la empresa, han advertido que se acabó el tiempo de beneficio para los empresarios y políticos que han negociado contratos "oscuros" y "abusivos".

Todavía está en el aire una pregunta: ¿Cómo se explica que la demanda de energía es de unos 1,300 megavatios, pero se ha negociado la compra de 3,600 megavatios y la posible contratación de otros 240 megavatios.

La revisión de los contratos de energía eléctrica no solamente depende del sector privado, han expuesto los generadores de potencia, en respuesta a una de las principales demandas del proceso de intervención de la ENEE.

La misión es poner orden, recuperar la credibilidad de la institución y generar una competencia sana que dé lugar a la soberanía energética de Honduras.

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