Pero tal parece que los corruptos del pasado pueden estar tranquilos porque, al mismo tiempo, López Obrador prometió no perseguir a los funcionarios que hayan echado mano al dinero público hasta ahora. ” No es mi fuerte la venganza. Si bien no olvido, sí soy partidario del perdón y la indulgencia”, se justificó.
Y en ese momento, un grupo de diputados salió ondeando una pancarta que decía: “Juicio a Peña”, “No al pacto de impunidad”. López Obrador tuvo el detalle que no nombrar expresamente al presidente saliente durante su discurso, pero sí señaló varias fallas en las que, en su opinión, incurrió su gobierno.
López Obrador criticó dos de los programas bandera del mandato de Peña Nieto: la reforma energética y la reforma educativa. Y entre sus primeras medidas como presidente, anunció la cancelación de la segunda, tal y como le había prometido a los sindicatos de maestros durante la campaña electoral.
A cada mención que hacía López Obrador de lo que funcionaba en el gobierno anterior, Peña Nieto reaccionaba con estoicismo: siempre con cara seria y tomando notas de vez en cuando en su libreta de apuntes.
Ivanka Trump respondió al gesto levántandose de su asiento y saludando desde uno de los balcones.
Cuando tocó el turno de que AMLO le diera la bienvenida al venezolano Nicolás Maduro, los diputados del opositor Partido Acción Nacional (PAN) estallaron al grito de “¡Dictador, dictador!” y desplegaron una pancarta en la que se leía: “Maduro, no eres bienvenido”, que un par de diputadas izquierda intentaron, sin éxito, cubrir con un chal.
Para marcar una diferencia frente quienes le acusan de querer implantar en México un modelo político parecido al de Venezuela, López Obrador dijo con firmeza: “Por ninguna circunstancia habré de reelegirme”. Y reiteró que a la mitad de su mandato convocará a una consulta popular para preguntar a los ciudadanos si quieren que siga o no ejerciendo el poder.
Horas después, ya como presidente, López Obrador habló a sus seguidores congregados en el Zócalo de la Ciudad de México, donde pidió al pueblo no dejarlo solo porque aseguró “no les voy a fallar”.
“Yo ya no pertenezco, yo soy de ustedes, soy del pueblo de México. Sin ustedes los conservadores me avasallarían fácilmente. Les pido apoyo, reitero el compromiso de no fallarles”, prometió una vez más.
En un discurso que duró alrededor de dos horas, un gesto que no suele verse en las jornadas de investidura, el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) enlistó sus 100 promesas y propuestas para este sexenio.
Lo hizo después de encabezar una recepción privada con líderes internacionales y participar en un ritual en que los representantes de los 68 pueblos indígenas mexicanos le entregaron el bastón de mando de sus comunidades.
López Obrador aseguró que comienza “lo que podríamos llamar una modernidad forjada desde abajo y para todos”.
El político reafirmó que en su gobierno estarán “primero los pobres” y que se va a incrementar el presupuesto para financiar programas sociales gracias a que se van a liberar fondos porque “se va a acabar con la corrupción”.
Dijo que el precio de las gasolinas y de la electricidad solo aumentará en relación con la inflación, además que se fomentarán las energías renovables y la producción de crudo, con una nueva refinería, para dejar de comprar combustibles al extranjero.
El presidente rogó a los ciudadanos tenerle “paciencia y confianza”, porque “nos están entregando un país en quiebra”. Univisión